Un amor que madura

septiembre 1, 2020

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Un amor que madura
Photo by Sharon McCutcheon on Unsplash

Enamorarse es de las sensaciones más hermosas que pueden existir, esa sensación de que el corazón se acelera cuando vemos a esa persona, las manos sudadas, ese primer beso, la sensación tan bonita, los suspiros, las sonrisas sin razón, todo esto se debe a las descargas constantes de oxitocina, dopamina y serotonina que genera el placer de estar con una persona que “nos mueve el piso”, según la Antropóloga Helen Fisher, los seres humanos nacemos para amar. En esta ocasión vamos a hablar únicamente del amor de pareja.

Cuando empezamos una relación nos preocupamos de los detalles y de vernos bien, un poquito más de perfume, la ropa que nos favorece y el maquillaje para cada salida juntos, caminamos de la mano orgullosos de quien va a nuestro lado, las llamadas y los mensajes para asegurarnos de que la otra persona está bien no pueden faltar; pero el tiempo pasa y empezamos a relajarnos ya le permitirnos vernos en ciertas fachas y hemos visto a la otra persona en momentos poco favorables, sin embargo, esta química que ocurre en nuestro cerebro nos ayuda a verlos hermosos, aunque no se hayan bañado aún, aunque salgan del gimnasio y estén cansados. Eventualmente llegará la necesidad de que la relación evolucione, por tanto se pasa a una nueva etapa, la convivencia. Muchas parejas no superan esta etapa, y es que no es lo mismo ver a esa persona, que para vernos tomaba especial cuidado en su apariencia, ahora al levantarse y sin toda la decoración que eso implica; si bien es cierto la parte sexual crecerá mucho al inicio y es que nada como tener un espacio íntimo y sin interrupciones para conocer mejor y disfrutar de la sexualidad en pareja, a pesar de esto hablamos de dos “mundos” con diferentes costumbres y personalidades que ahora deben encontrar la forma de encajar y construir su propio “mundo”, por esto es importante que durante el enamoramiento se trate de aprender lo mas posible sobre la otra persona para poder entender este proceso; en esta etapa es cuando desde la posición del papel higiénico y el como usa la pasta de dientes, hasta el hecho de cuanto se colabora en las tareas de casa o el horario para dormir, se pueden volver puntos de discusión; no es que el amor se apaga, es simplemente un reto en el cual debemos tomar lo mejor de cada lado, es un momento donde el diálogo es muy importante, es necesario llegar a acuerdos que satisfagan a las dos partes y la imposición no debería ser una opción, esto solo generará conflicto; cuando esto se consiga, es verdad que no es fácil, habremos dado un paso gigantesco para que la relación siga creciendo.

Photo by Justin Groep on Unsplash

Las diferencias y las discusiones son inevitables pero como dije antes, no es nada que una buena comunicación asertiva no pueda solucionar, conforme pasa el tiempo los defectos o actitudes poco atractivas de cada uno se empezarán a notar más, y es que esa descarga química que nos mantenía obnubilados al inicio ha ido disminuyendo, esto no significa necesariamente, que hemos cambiado sino que ha llegado el momento de conocer en verdad a nuestra pareja, es aquí donde quería llegar en este artículo, a ese punto donde la costumbre y la seguridad de estar juntos nos ha permitido relajarnos al punto de que eso que no nos gusta de nosotros mismos aparece; si, la intensidad de la emoción ha disminuido y tenemos menos paciencia con el otro, este momento es clave, si anteriormente aprendimos a solucionar las pequeñas diferencias con un diálogo respetuoso es más probable que ahora podamos hacer lo mismo para superar esta situación; es ahora cuando debemos aprender a observar otro tipo de detalles, gestos como: hacer el café en la mañana, saber cuál es la temperatura en la que le gusta tomar un baño, ponerte esa camisa que sabes que le gusta como te queda, el tomarse un segundo para darle un beso solo porque pasaste por ahí, a estas alturas y con un poco de suerte habremos aprendido a entender muchos gestos de su cara y los sutiles cambios de tono en la voz cuando algo ocurre, es momento para valorar esas pequeñas cosas que cada día se hacen para que el otro esté un poco mas cómodo o tenga una preocupación menos.

Photo by Dani Guitarra on Unsplash

Cuando se dice que el amor todo lo soporta, etc. no se refiere a que debamos aguantar malos tratos o infidelidades y demás actitudes hirientes, se refiere si, a este momento donde vemos a la otra persona tal cual es, con defectos y virtudes, con olores y sabores reales, en alegrías, tristezas y estrés, donde nuestro corazón ya no se acelera tanto cuando le vemos, sin embargo, puede sacarnos una sonrisa porque sabe como hacerlo, el amor madura, en este momento ya no es esa sensación que nos hace volar ¡mejor aún! Al superar esta fase sabremos que amamos a nuestro(a) compañero de vida por quien realmente es y el sentimiento al que se llega ahora es crudo, es real y con él se puede caminar de la mano, con los pies en la tierra y siendo un equipo para llegar muy lejos, juntos.

Pasar por estas diferentes fases puede ser una tarea difícil, ya sea por como fueron nuestros padres en pareja o porque no hemos trabajado en la mejor manera para manejar nuestras frustraciones, si es tu caso, busca ayuda, has terapia, esto solo te ayudará a llegar a ese amor que construye, cuenta conmigo para hacerlo.    

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