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Para las penas, un perro
El otro día mientras almorzábamos junto a mi esposo, veíamos una serie particularmente fuerte, era el final de temporada y el capítulo contenía situaciones complejas de todas las formas posibles, mientras esto pasaba mi perro, el Waka, se acercó a mí buscando atención de forma desesperada, me daba su patita, gemía y era insistente. Esto es algo que no hace a menos que algo esté ocurriendo; cuando me levanté me di cuenta de que tenía un dolor muscular derivado de mi costumbre de sostener mis pies firmemente en punta cuando algo me genera ansiedad, entonces lo comprendí.
Desde hace 11 años, mi Waka ha sido mi compañero de aventuras y mi soporte emocional, el sintió mi ansiedad y estaba buscando llamar mi atención para que me calme, me puso a pensar en lo importantes que pueden ser para apoyar emocionalmente a su persona en los momentos en los que más lo necesita. Es maravilloso como son capaces de entender emociones sin entrenamiento alguno y por ello decidí que era hora de hablar de esto. Llevo meses queriendo escribir sobre las mascotas de apoyo emocional pero no sabía por dónde empezar, hoy mi Waka me inspiró y aquí vamos:
¿Qué es una mascota de apoyo y soporte emocional?
Simplemente se trata de cualquier animal con el cual has generado un vínculo afectivo y que es capaz de acompañarte en tus peores momentos. Ellos son capaces de traer consuelo, calma y alivio ante situaciones que pueden resultar complicadas y dolorosas.
Esto no quiere decir que si estas triste corras a comprar un perrito, una mascota no va a remplazar los beneficios que la terapia puede traerte, sin embargo pueden ser una herramienta de apoyo invaluable, hay que aclarar que tu psicóloga de cabecera será la responsable de indicarte si este paso es adecuado para tu situación; esto es, ya que no todos los casos te permiten apoyarte en tu mascota, no son una cura milagrosa para enfermedades mentales, no a todos los animales les va con su carácter el acompañar de la forma necesaria a su persona (a muchos los abrazos prolongados les enojan y eso es un riesgo) además ellos también tienen sus necesidades y tienes que estar dispuesta/o a dar tanto como recibes.
Se ha comprobado que su compañía puede ayudar a su persona a superar ataques de pánico, crisis de ansiedad, ciertas fobias y en algunos casos ayudan mucho con el estrés post traumático. Como había dicho antes, es el terapeuta quien define si esto es apropiado para ti, por lo cual, tu terapeuta debe estar preparado en relación a este tema, no todos lo están y no todos lo consideran una opción.
Actualmente este estatus de apoyo emocional te permite llevar a tu mascota a un sinnúmero de lugares, por ejemplo, viajar en ciertas aerolíneas y en algunos países hasta en el transporte público sin mayor problema, pero, para esto tu mascota debe cumplir con ciertos requisitos, aquí te los comparto:
- Debe responder a comandos básicos como acudir a tu llamado, quedarse quieto y sentarse.
- Es muy importante que no tienda a morder a otras personas o animales, también, que no ladre más de lo necesario.
- Tiene que ser capaz de contener sus necesidades biológicas.
- Hay que bañarlo bien antes, para que no huela feo durante el viaje.
- Debes contar con un certificado otorgado por un profesional, licenciado, en salud mental y dependiendo del país, deberá ser un psicólogo o psiquiatra.
No es lo mismo un animal de apoyo o soporte emocional, que un perro de servicio; estos últimos tienen un entrenamiento especial acorde a las necesidades de su persona, que pueden ser: Lazarillos para personas no videntes, detectores de sonidos para personas con discapacidad auditiva, pueden detectar posibles convulsiones o subidas o bajones de azúcar.
Habiendo dicho esto, voy a explicar cómo funciona esto del apoyo emocional animal:
Científicos de la Universidad de Washington publicaron un estudio en la revista AERA Open, el 2019, que prueba que acariciar por 10 minutos a tu mascota ayuda a disminuir la producción de cortisol, la hormona responsable del estrés, este estudio involucró a 249 estudiantes universitarios.
Un estudio similar fue conducido por la Dra. Karen Allen de la universidad estatal de Nueva York en Buffalo, demostrando que los dueños de mascotas tenían una frecuencia cardíaca y presión arterial dentro de la normalidad en comparación a quienes no tenían mascotas.
Por otro lado, el Dr. Johannes Odendaal realizó un estudio que prueba que el acariciar a un perro o un gato genera las sustancias químicas de la felicidad, o sea, dopamina, oxitocina, prolactina, serotonina y norepinefrina.
Además, nuestras mascotas pueden ser muy intuitivas en relación con los cambios en nuestras costumbres y actitudes, por tanto, llegan a ser capaces de entender que algo ocurre y reaccionan a ello, existen estudios que lo prueban: uno de la Universidad de Goldsmiths de Londres y otro de la Universidad Johns Hopkins de los Estados Unidos.
Considerando todo esto podemos constatar que el alivio que una mascota le puede dar a su persona va más allá de nuestra imaginación, es un hecho y se refleja en la química cerebral.
Es verdad que la eventual pérdida de tu mascota podría generar sentimientos negativos y un proceso de duelo, he hablado ya de esto en mi artículo “Es solo un animal”, por lo cual entiendo que puede ser un proceso difícil que con las herramientas necesarias se puede superar, otra razón por la cual debe ser tu terapeuta quien te indique si esta es una posibilidad o no.
Te gustaría saber más y aprender a apoyarte en tu mascota para superar traspiés, has una cita conmigo para ayudarte.
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