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Nos gusta la pornografía ¡y qué!
Para iniciar este artículo me gustaría hacer énfasis en que la pornografía no es real, como toda película o serie, es actuada y no demuestra la realidad de cómo funciona el cuerpo humano, usa iluminación, ángulos de cámara, retoques, maquillaje, lubricantes, incluso drogas de todo tipo que favorecen a la duración de las erecciones y para la dilatación de orificios. Existen muchas personas que desconocen eso y por tanto empiezan a sentir que algo no está bien con ellos o sus parejas ya que no reaccionan de la misma forma.
Es un hecho que la pornografía forma parte de nuestro medio y se usa más frecuentemente de lo que podríamos pensar. Cada año el portal PornHub publica estadísticas sobre el tráfico que tuvieron, al investigar un poco en los datos del 2019 me encontré con que los usuarios de Argentina son los que más tiempo pasan en el portal con 10 minutos 12 segundos, hablando de Latinoamérica, seguidos por México con 9 minutos 56 segundos; las visitantes femeninas se toman aproximadamente 23 segundos más, que los hombres, en el tiempo que visitan la web, durante este año el porcentaje de mujeres que los visitaron fue de un 32% es decir, aumentó en 3 puntos en relación al 2018 lo que quiere decir que cada vez, más mujeres están abriéndose a disfrutar su sexualidad de esa forma; según este portal, el Ecuador es uno de los países de Latinoamérica donde el porcentaje de mujeres que hacen uso de su plataforma es más alto.
Antiguamente se creía que la mujer no tenía la misma capacidad para excitarse en comparación a un hombre, indicaban que el cerebro masculino está más orientado al sexo que el cerebro femenino, sin embargo, un estudio realizado por el Instituto Max Planck de Cibernética Biológica en Alemania, y publicado por la revista estadounidense “Proceedings of the National Academy of Sciences”, explica que no existe ninguna diferencia a nivel neurológico en el grado de excitación sexual que perciben hombres y mujeres, entonces porque las estadísticas indican que los visitantes de sitios pornográficos son en su mayoría hombres, esto se debería al conflicto entre el placer que una mujer puede sentir y lo que considera correcto o incorrecto; con esto no pretendo decir que los hombres no sientan este conflicto sino que en las mujeres es mucho más marcado.
En cuanto al uso que se da a la pornografía es principalmente para la autosatisfacción, sin embargo, hay quienes la miran como fuente de inspiración; se recomienda, también, a parejas con una buena comunicación, su uso puede servir para enriquecer la vida sexual y mantenerla interesante, sin embargo, esta no es una opción para quienes no están pasando por un buen momento en su relación y peor aún de manera no consensuada, ya que, la pornografía no es real como habíamos dicho al inicio y forzar actos sexuales en base a un video pornográfico es, indudablemente, abuso sexual.
Si bien la pornografía usada de forma responsable puede no ser dañina hay que considerar que en sus filas podemos encontrar parafilias, es decir comportamientos sexuales que salen de la normalidad y que en algunos casos son considerados ilegales; como la pedofilia, zoofilia incluso necrofilia. En internet es relativamente fácil tropezarse con videos de abusos sexuales subidos a plataformas legales tras la máscara de actuación, las victimas pueden ser hombres y mujeres adultos, niños y animales; por ello, debemos ser muy cuidadosos con el contenido que observamos y si en algún momento este tipo de videos han llamado tu atención busca ayuda para entender el porqué de esta y superarlo, este es un tema muy serio que debe ser tratado a tiempo.
Que si es posible volverse adicto a la pornografía, la respuesta es: si, como hablamos en mi artículo sobre la masturbación y sus mitos, durante el orgasmo tu cuerpo produce dopamina, la dopamina es la recompensa de placer que el cerebro recibe y que hará que te pida hacerlo nuevamente, al hacerlo de forma exagerada indudablemente esto puede causar adicción, ya que, el cerebro aprenderá que al verla recibirá su recompensa de dopamina y por tanto te condicionaras a usarla solo para saciar esta necesidad; si a esto le sumamos la comodidad que brinda el poder observar situaciones que se podrían considerar pervertidas por nuestro medio, de forma casi anónima, el porno se vuelve una apuesta donde solo se puede ganar, en teoría.
Habiendo tomado en cuenta los riesgos para tu salud, no me quiero ir sin recordarte que en la búsqueda de pornografía también puedes poner en riesgo tu información personal, privacidad y equipos electrónicos, ya que, muchas de las páginas que muestran este tipo de contenido están plagada de virus que muy felizmente entrarán a tus dispositivos y harán de las suyas sin que te des cuenta aún teniendo un antivirus. Ah y el contar con sistemas operativos de Apple no te vuelve inmune a ellos.
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