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Hablemos de ansiedad
Escribir sobre la ansiedad puede ser un poco complicado, cada persona vive la ansiedad a su manera aunque existen síntomas bien diferenciados que se describen en cualquier manual de diagnóstico, durante mi experiencia profesional he podido observar que la gente subestima estos síntomas porque muchas veces desconoce de lo que se trata o como se manifiestan y es solo cuando la situación se complica y solo si buscan ayuda profesional que se dan cuenta de que lo que han estado sintiendo es una crisis de ansiedad. En ese sentido quisiera poner los síntomas en palabras y ejemplos que ayuden a entender y así buscar ayuda a tiempo.
Escribo esto también porque entiendo el sentir de los seres queridos de quienes pasan por estas crisis, quienes usualmente desconocen las señales tempranas o cual es la forma en la que deben reaccionar, que esperar de un paciente en crisis y como ayudar.
Antes de continuar quisiera aclarar que este escrito no constituye una herramienta diagnóstica, si no, una guía que permita reconocer de manera temprana ciertas señales que le permitan a quien las padezca buscar ayuda o a su vez que la gente que le rodea pueda convencerle y acompañarle durante el proceso.
Hay que considerar que el trastorno de ansiedad abarca diferentes tipos de patologías, sin embargo, en este momento hablaremos principalmente de la ansiedad generalizada ya que en crisis existen muchas similitudes con las demás en el manejo.
La ansiedad se podría describir como un estado emocional confuso, duradero y desagradable cuya causa es difícil de identificar y es percibida como incontrolable o inevitable contrario al miedo que es una respuesta emocional y fisiológica que se da como resultado de la percepción de amenazas o eventos identificables, sean estas reales o imaginarias.
Los síntomas más frecuentes pueden ser: dolores de cabeza, sudoración, taquicardia, palpitaciones, hipertensión, que en algunos casos conducen a la fatiga física y psíquica, estados de sueño prolongado o la falta de sueño. Los síntomas no son una regla general para todos los casos.
En el 60% de los casos la ansiedad se acompaña de depresión, ya que, como resultado suele producirse una sensación de desesperanza y frustración que llevan a sentir tristeza y en ocasiones generan ideaciones suicidas.
Cuando la persona se encuentra en crisis lo mejor es no dejarla sola, no acosarla con preguntas ni intentar darle ánimos como normalmente haríamos ante una situación similar, es importante que esta persona sienta que cuenta con alguien que hay quien se preocupa por el o ella y que cuando quiera hablar o compañía lo van a estar esperando.
Existen preguntas que se pueden hacer pero estas no deben exceder el número, por ejemplo: “¿necesitas que haga algo por ti?” “¿un abrazo puede servir?” si la respuesta es “no sé” el cierre debe ser amable indicándole que se mantendrán cerca por si necesite algo pero que le dará su espacio. Es posible que la respuesta sea enérgica y no sea lo que esperábamos y que pueda herir nuestros sentimientos, por esto es importante tomar en cuenta que la persona esta pasando por un evento en el cual siente que su vida y sus emociones se están yendo de sus manos incluso temen por el bienestar de quienes le quieren y le rodean por tanto harán todo lo posible por alejar a sus seres queridos. Si consideran que estar cerca de la persona en crisis puede dañarlos emocionalmente tienen todo el derecho de alejarse y deben hacerlo por su bien, pueden dejar claro q estarán ahí para acompañarle a buscar ayuda pero uno debe ver primero por si mismo caso contrario no será capaz de ayudar.
Durante una crisis la persona puede tomar decisiones impulsivas de las cuales muy posiblemente se arrepentirá mas tarde, por tanto es mejor que tenga compañía.
La Ansiedad debe ser diagnosticado y tratado por un especialista, por tanto, si se observan estas señales se debe buscar apoyo, es posible que sea necesario el uso de medicamentos que brinden al cerebro ese “empujonsito” extra que necesita para poder recuperarse de una situación que ha podido llegar a ser muy fuerte, esto no necesariamente significa que la medicación se volverá una constante, esto depende únicamente de la evolución del caso.
Para terminar por favor, si te sientes identificado no temas buscar ayuda, la mereces y no será una molestia, la gente que te quiere estará dispuesta a brindártela, no estas solo.
Si es que alguien que conoces cumple con estas señales y has leído esto hasta el final, acompáñalo para que consiga ayuda y así pueda recuperarse, si la persona se niega a recibir ayuda y sientes que tu salud mental está en riesgo, aléjate.
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