El tiempo con los hijos

Tiempo atrás un amigo me contaba muy triste que sentía que su pequeña hija estaba cada vez más lejos de él, que la veía muy poco y que notaba que ya casi no contaba con él en su vida, me contaba como sentía que los horarios que teníamos en nuestro trabajo le impedían compartir con ella, teníamos horarios |muy similares y viajábamos constantemente por varios días.

Entendí su dolor, salir temprano en la mañana mientras ella duerme y llegar, casi todo el tiempo, tarde en la noche, a esa hora también ya descansaba; entonces le pregunté: se que no pasa muy seguido, pero ¿Cuándo logras llegar temprano a casa? ¿qué hacen? Me respondió, estoy demasiado cansado, trato de dormir lo mas temprano posible y los fines de semana también trato de recuperar el sueño; tiene sentido, el trabajo que teníamos era muy demandante física y emocionalmente.

Me detuve a pensar lo difícil que es ser padre en estos tiempos, el trabajo, el tiempo que nos toma trasladarnos de un lado a otro, esto afecta mucho a nuestras relaciones interpersonales.

Pero creo que hay algo que debe decirse, cuando se nos exige más energía en el trabajo, ¿no buscamos las herramientas necesarias para conseguirla?, entonces ¿por qué nos es tan difícil hacer esto cuando se trata de nuestra familia? indudablemente llegar a casa es ese momento que esperamos con ansias luego de un día de arduo trabajo, mi frase favorita luego de un largo día es “escucho que mi cama me llama, debo ir a acompañarla”, pero todos sabemos que ser padres no es fácil. En mi página de Facebook hace algún tiempo hablaba sobre las razones para asistir a terapia y entre ellas estaba el momento en el que decidimos tener un hijo o cuando ya está en camino ¿por qué? Se preguntarán, pues el tema tiempo es una de las razones, necesitamos aprender a darles calidad de tiempo a nuestros hijos, actualmente y a pesar de la pandemia, el tiempo es realmente limitado, de todas formas, de que sirve tener cantidad de tiempo con ellos si estas distraído (a) o en tus redes sociales o trabajando con tu celular, la cantidad no sirve de nada si el tiempo que les das no es de calidad, no es específicamente para ellos.

Recuerdo que mi papi trabajaba todo el tiempo, llegaba para el almuerzo y mientras estaba en casa, seguía trabajando o trataba de descansar, el tiempo al diario lo compartía con mi mami quien, por múltiples razones, se quedó en casa para cuidarnos, hace un par de días recordaba como jugaba a ser una comensal de mi restaurante mientras yo le preparaba arvejas y un huevo de plástico y ella simulaba comerlos y disfrutarlos; las tareas de casa no son fáciles y había días donde no daba más del cansancio, entonces yo decidía que ella podía acostarse y tratar de dormir mientras le pintarrajeaba la cara con el poco maquillaje que tenía, le decía “ vas a quedar guapísima para cuando llegue mi papi” pobrecita, solo puedo reír de pensar como quedaba; otros días inventábamos cualquier juego que yo pudiera hacer mientras ella hacía las cosas de la casa, recuerdo que pescaba “angostitos”, hablamos de calidad y de cierta forma algo de cantidad. Cuando llegaban las vacaciones y todos los años, mientras se pudo, mi papi encontraba la forma de llevarnos a la playa, para mí esos eran los momentos con él; levantarnos cuando aún estaba oscuro y salir a ver a los pescadores para luego desayunar, en alguna “hueca”, mi clásico ceviche de concha, jugar en el mar a saltar las olas, la última vez que fuimos juntos el gusto de sentarnos a tomarnos una cerveza en la playa mientras nos asoleábamos porque el mar decidió maltratarnos mucho ese día, para mi esos eran momentos de calidad. Quizá no teníamos todo el tiempo del mundo para estar juntos pero el tiempo que había la creatividad para crear momentos hermosos hizo que mi relación con ellos sea fuerte en esos momentos de mi vida.  Para cerrar estas anécdotas quiero mencionar que mis padres nunca fueron mis amigos, en cambio fueron mi guía, abordaré este tema en un nuevo artículo.

Habiendo dicho todo esto y considerando la realidad de la vida adulta, hacerse tiempo para pasar con los hijos, no es fácil, pero es necesario e infinitamente importante, ellos nos necesitan, necesitan poder hablar con los adultos de casa, necesitan sentir confianza para desahogar su miedos, dudas e inquietudes, ¿con quién mas lo van a hacer si sus padres están ausentes? Con sus amigos ¡por supuesto! Pero si ellos son de su edad o con un par de años de diferencia ¿qué experiencia tienen en la vida para guiarles?

Puede resultar increíble como el tratar de compartir una hora mas o menos jugando con los mas pequeños de la casa empieza a soltarles la lengua, a través del juego y recibiendo la atención de sus padres ellos entienden que lo que tienen que decir es importante y que serán escuchados, mientras crean memorias positivas que recordarán siempre.

¿No me creen? Intenten hacerlo durante una semana, lo mas seguido que puedan y después me cuentan.

Y si no saben por donde empezar o como organizarse para lograrlo y no morir en el intento, siempre pueden agendar una cita conmigo y juntos encontraremos la forma de hacerlo.